El sistema de calefacción radiante emplea uno de los paramentos de un local o vivienda como principal emisor de calor. Es lo que se denomina suelo radiante.

Su funcionamiento está basado en una red de tubería plástica, la cual, instalada bajo e pavimento, hace circular agua caliente o fría por toda la superficie.

Pero vamos a ver cuáles son las principales ventajas que dicha calefacción radiante puede aportarnos si nos decidimos a incorporarlo en esa reforma en la que hace tiempo estamos pensando llevar a cabo.

Beneficios principales de la calefacción radiante

Elevado rendimiento

Debido a que los circuitos que transportan el agua son muy delgados, la cantidad de energía que se necesita para calentarlos o enfriarlos no es muy elevada, proporcionándonos, por tanto, un importante ahorro.

Bajo consumo

Se trata de un sistema de baja temperatura, que al combinarse con sistemas de generación de calor eficientes, como la aerotermia o la geotermia, se consigue un gran ahorro. Podríamos establecer una media de entre un 10 y un 20% menos, en comparación con otros sistemas de calefacción convencionales.

Uso de energías renovables

La temperatura de impulsión del agua empleada es más baja que en otros sistemas (de entre 30º y 45º). Por ello, utiliza fuentes de energía renovables, siendo un sistema más respetuoso con el medio ambiente.

Ahorro de espacio

El hecho de que el sistema esté instalado bajo el suelo, o tras paredes y techos, no necesitamos espacio para lo que serían radiadores, por ejemplo. Únicamente necesitaremos un armario para  los colectores hidráulicos, que será similar a un armario de luces, y estará ubicado en alguna pared.

Opción de enfriamiento

Esta consiste en hacer circular agua fría por las tuberías, lo que nos da también la posibilidad de usar la misma red de tuberías tanto para calefacción como para refrigeración.

Sensación de confort

La calefacción radiante queda repartida uniformemente por toda la casa, sin concentrarse en puntos determinados (como si  ocurre con otras fuentes de calor). No produce corrientes de aire, con lo que se evita el polvo, así como tampoco sequedad en el ambiente.